Día 4 de 15: La gente que no me conoce mucho piensa que me gustan mucho los cumpleaños. La gente que me conoce bien sabe que a mí lo que gusta es celebrar. Sentir. Querer cada vez mejor. Reír. Me gusta la vida, aunque siempre he sabido abrazar y no siempre he dejado que me abracen. Lo bueno es que la puerta ya no está medio entornada. Los que me conocen bien también saben que a veces soy difícil de entender y que si arranco a hablar una noche a las 3 de la mañana va a ser difícil que pare antes de que salga el sol. Saben que pienso mucho y, también, que cambio casi continuamente de opinion. Lo que yo sé de esas personas van pasando por mi vida y a las que me siento o he sentido unida es que todas tienen algo. Todas tienen una luz. Y cada una de esas luces tiene un color y una forma. Y además, dependiendo del día, sus intensidades varían. Pero todas tienen una cosa en común: nunca se apagan. Siempre están. Qué suerte tengo. Ya. Ya sé que me estoy contradiciendo. Mi cerebro está
Día 2 de 15: La realidad no es inamovible. Y lo que percibimos nos duele más que lo que es. Es curioso que la quietud nos inquiete tanto. Pero no es de extrañar, viviendo en el sistema en el que vivimos. Estos días el mayor enemigo de los que tenemos la suerte de no haber sido infectados va a ser nuestra mente. Hoy al levantarme he limpiado la cocina y mi habitación. La cuevita. Hay que mantener la higiene externa e interna. También es recomendable tener cierta rutina y hacer algo de deporte en casa, lo que sea. Hoy todo parece bastante fácil, pero es solo el segundo día de cuarentena obligatoria para muchas de nosotras. Aparte del efecto "hasta que no lo veo no me lo creo, hasta que no me lo creo no actúo" que comenté en la anterior entrada y que considero que fue el principio que nos llevó a la situación en la que estamos, hay otras cuestiones que me fascinan. La primera pasa por cuestionarme qué comportamientos refuerza el sistema en el que vivimos. En segundo lugar,